martes, 7 de septiembre de 2010

EL PRINCIPITO

Las amistades están hechas a trocitos,
trocitos de tiempo que vivimos con cada persona.
No importa la cantidad,
sino la calidad del tiempo que pasamos con un amigo.
Algunos necesitan días,
y otros solamente cinco minutos.
Hay amistades hechas de risas o dolores compartidos;
otras de horas de escuela;
otras de juegos de juventud, salidas, cines, o diversiones;
otras de un momento clave vivido en coincidencia...;
y luego están aquellas que nacen sin saber por qué...
...incluso de silencios comprendidos, o de simpatía mutua sin explicación.
Hoy en día, muchas amistades se alimentan de emails y no son menos importantes.
Los hay que se comunican bien con nosotros de ese modo, y otros no.
El tiempo que perdiste por tu rosa hace que su rosa sea tan importante.
El tiempo que perdemos con cada amigo, pensando en él para enviarle algo, hace a ese amigo importante.
Es tiempo ganado, aprovechada y vivido.
Algo en esa comunicación se conserva para unos minutos, para un año o para siempre.
Sin verse ni oírse, pero sabiendo del otro instantáneamente, podemos reír o llorar con él...
Lo más importante es aprovechar al máximo el minuto vivido, y atesorarlo después en ese baúl de los recuerdos que es el archivo...
Ahí también están nuestros amigos.
Todos los días, al abrir el computador, salen todos esos trocitos de amistad de mis archivos, y llegan unos nuevos, marcados en negrita, que me hacen mucha ilusión, en la bandeja de entrada.
Para mí, son un tesoro, porque me hacen sentir querid@ y recordado. ¡GRACIAS POR TU TROCITO!..

No hay comentarios:

Publicar un comentario